Hace poco publicamos un post sobre cómo germinar las aceitunas; para seguir esa línea hoy queremos hablar sobre el bonsái de olivo. Sabías qué el árbol del olivo también tiene presencia en el milenario mundo de los bonsái. Conoce más sobre la historia detrás del arte de los árboles en miniatura.
Historia de los bonsái
El bonsái es un árbol originario de China. Según data la historia, los primeros especies de esta modalidad aparecieron hace más de dos mil años. Por su parte, Japón, fue cautivado por este tipo de cultivo hace más de mil años. En China se plantaban en cuencos, mientras que en Japón utilizaban bandeja. Esto debido al significado que tiene su nombre en ambos idiomas. En Japonés bon significa bandeja, y sai, cultiva. Por su parte en China el origen de la palabra bonsái es penzai, pen representa cuenco y zai planta.
En sus inicios cultivar un bonsái era solo una práctica realizada por los nobles y las personas de alta sociedad. Este pequeño árbol representaba la conexión entre lo espiritual y lo terrenal. Las historias mitológicas relatan que las personas que pudieran cultivar un arbusto en un cuenco tenían asegurado la eternidad.
Bonsái de olivo
Los arbustos elegidos para cultivar en cuencos, eran aquellos que se encontraban en las montañas y que tuvieran formas peculiares. Ese era el primer atractivo y reto que tenían los cultivadores para poder hacer la reproducción en miniatura. El olivo cumple con las características, y es por ello que es un árbol muy cotizado en el mundo de las miniaturas.
Se pueden encontrar dos versiones de árboles en miniatura de olivo. La primera es la silvestre, también conocida como acebuche. Es una especia con gran atractivo gracias a sus pequeñas hojas redondas. Por otra parte, está el olivo de campo o de cultivo. Esta variedad se caracteriza por tener muchos frutos, a diferencia del silvestre que da muy pocos; además las hojas del olivo de campo son delgadas y alargadas.
Los bonsái de olivo son arbustos muy resistentes y atractivos por su peculiar forma. Al igual que el arbusto de tamaño natural, la versión miniatura tiene un tronco grueso y con curvaturas. El riego también es similar a los árboles de olivo, el acebuche no requiere mucha agua; mientras que el de campo necesita riegos más frecuentes debido a la cantidad de frutos que ofrece.


Se dice que practicar el arte de los bonsái de olivo crea una conexión ancestral, ya que se crea una pequeña versión del universo. El cultivo de estas pequeñas plantas requiere de técnicas especiales de poda, nutrientes y un sistema de drenaje eficaz para evitar encharcamientos. De esta manera se limita el crecimiento natural y se crea la adaptación para su nuevo entorno. Te atreves a cultivar un pequeño jardín de olivos, coméntanos cuál elegirías acebuche o de campo.
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