En España son un alimento de lo más popular y no por ello el consumo de este fruto es masivo ni mucho menos. Pero no obstante somos el principal país del mundo en producción de aceitunas de mesa y principal consumidor del fruto del olivo, aunque haya adquirido la fama de destruir cualquier dieta de control de peso debido a su alto aporte en calorías.
Sin embargo, se trata de observar sus propiedades nutritivas y de alto valor saludable para el consumo humano y moderar su ingesta, tal y como viene siendo recomendable con el resto de alimentos de la dieta diaria.
Y como estamos muy acostumbrados a que las aceitunas formen parte de nuestra cultura gastronómica, sobre todo la popular y tradicional que mucho tiene que ver con el concepto de socialización y divertimento de los españoles, tenemos recetas sencillas y sabrosas para prepararlas.
Las aceitunas verdes entran de lleno en el mundo de los aperitivos. La sencillez de presentar unas olivas no requiere demasiada sabiduría pero sí algunos trucos que las haga más apetecibles. Tenemos que hablan por tanto de los aliños y cierto tratamiento que nos hace distinguirlas y fijar alguna preferencia según gustos y ocasiones.
En cuanto a su manipulación ante el aliño, tenemos las enteras, rellenas, rajadas o machacadas. Si son verdes, negras o de color cambiante con tonalidades que van del castaño claro, pasando por el azulado, morado e incluso con varios tonos mezclados, añadimos las que tienen un proceso de curación que las hace muy atractivas a determinados paladares. Y suelen ser negras en dicha opción.
Hay que tener en cuenta el amargor típico de las aceitunas recién recogidas del olivo. La manera de quitarlo o endulzarlas se suele realizar con sosa cáustica en su proceso más acelerado y dura unas 10 horas. Pero prescindiendo de este producto, les damos tiempo a las aceitunas hasta incluso 10 días en agua y ya a la mitad de ese tiempo les añadimos algún ingrediente que les ayude a soltar el sabor amargo y adquieran el que nos importa. Puede ser ajos, limones en rodajas, laurel o romero. Y en este mismo proceso y tiempo podemos añadir la sal que dará el toque más aproximado al resultado que queremos. Ni poca ni mucha sal, la justa.
Las verdes requieren menos aliño y alcanzan mayor duración sin estropearse. Las aliñadas, rajadas, rellenas y machacadas duran menos pero el sabor del ajo, cebolla, pimentón, tomillo, romero, cuando no anchoas o pepinillos, les convierten en pequeñas joyas de los snacks naturales.